8 de septiembre, 2023 | Artículo
En este artículo de Guillermo Sepúlveda, de Land Vegas, explora el concepto de juego y su significado en la vida humana. Comienza citando a Huizinga, quien definió el juego como una actividad voluntaria realizada dentro de ciertos límites establecidos de espacio y tiempo, según reglas libremente aceptadas pero incondicionalmente seguidas, acompañada de una sensación de tensión y alegría. Sin embargo, Sepúlveda sostiene que el juego va más allá de la simple experiencia de tensión y alegría.
El artículo sostiene que jugamos para perpetuar algo, para hacerlo memorable y repetible en nuestras vidas. Buscamos objetos, historias y experiencias llenas de juego para que este deseo lúdico se integre con las oportunidades que ofrece el «arte de jugar». Este deseo lúdico, a su vez, representa un deseo de afirmación vital, personal y social. Pretendemos eternizar momentos de nuestra vida que hemos dominado o deseamos dominar, recordándonos que somos capaces de adaptarnos continuamente a este mundo en constante cambio.
Al buscar nuestra adaptación a través del juego, ya sea individual o colectivamente, definimos nuestra propia mecánica y personalidad. Nos volvemos capaces de reposar nuestros pensamientos (distracción), transmitirlos (comunicación), socializarlos (entrenamiento) o incluso replantearlos (transformación) si es necesario.
En definitiva, jugamos para sentirnos vivos y para hacer saber a los demás que existimos en este mundo como seres dinámicos capaces de vivir en armonía con los demás. Jugar es trascender fronteras y romper límites, todo ello recordando el potencial interno que reside en cada uno de nosotros. ¿Crees que puedes encontrarlo? Prueba a jugar.
