30 de enero, 2025 | Artículo
Las tendencias del iGaming están evolucionando rápidamente, y los mercados emergentes juegan un papel clave en este proceso. Inicialmente, India captó la atención, y ahora es Latinoamérica la región que está ganando protagonismo en la industria del juego. Factores como una audiencia objetivo en constante expansión, bajos costos de publicidad y altas tasas de conversión han impulsado este crecimiento. Sin embargo, un aspecto crucial para los afiliados en la industria del juego es la claridad legal en la regulación del sector. En este contexto, el equipo de Alanbase presenta a Brasil como un nuevo mercado legal para los afiliados de iGaming.
Un país con tradición en juegos de azar
Las diferencias económicas en Brasil nunca han impedido que los sectores más pudientes disfruten del juego. Desde la época colonial, los lujosos salones de juego de Río de Janeiro atraían a viajeros adinerados de todo el mundo. Durante años, los casinos operaron legalmente hasta que, en 1941, el gobierno promulgó una ley que prohibió por completo el juego en el país.
Sin embargo, la legislación de la época no impuso restricciones sobre el bingo, el póker, las carreras de caballos y las loterías. A finales de los años sesenta, las loterías pasaron a ser gestionadas por el Estado, mientras que los juegos de casino clásicos permanecieron en una zona gris, generando constantes titulares en la prensa debido a las redadas en salas clandestinas.
En 1991, se presentó el primer proyecto de ley para la legalización del juego, aunque sin éxito. No obstante, el proceso de regulación continuó, y en 2018, Brasil legalizó las apuestas deportivas, lo que generó millonarios ingresos fiscales. Menos de un año atrás, el mercado recibió una noticia largamente esperada: la legalización del juego en el país.
Un mercado que ha superado las leyes
Determinar el tamaño exacto del mercado del juego en Brasil ha sido complicado debido a la falta de regulación previa. No obstante, según la firma auditora KPMG, el valor del sector alcanzó los 1.9 mil millones de dólares a principios de 2024 y se espera un crecimiento del 19% en los próximos dos años.
Actualmente, uno de cada cinco usuarios de iGaming en el mundo es brasileño. Con una economía en rápido desarrollo y un nivel de vida en constante crecimiento, se prevé un aumento en el gasto en juegos de azar. En la actualidad, el ingreso promedio por usuario (ARPU) en Brasil es de $840 anuales y sigue en aumento.
El debate entre legalización y prohibición
En Brasil, dos grupos de poder han influenciado la regulación del juego. Por un lado, están quienes han impulsado la legalización, argumentando que el juego genera ingresos fiscales y nuevas oportunidades de empleo. Este grupo está conformado por políticos, propietarios de marcas blancas, creadores de contenido y jugadores.
Por otro lado, los sectores conservadores, con estrechos vínculos con la Iglesia Católica, se han opuesto a la regulación del juego. Además, es posible que marcas de juego clandestinas hayan respaldado estas posturas para evitar la competencia en un mercado regulado.
Durante años, los opositores a la legalización lograron retrasar su avance, y a finales de 2023, incluso intentaron excluir los juegos de azar del marco legal, dejando solo las apuestas deportivas reguladas. Sin embargo, el 30 de diciembre de 2023, el Parlamento aprobó la Ley N.º 14790, permitiendo la operación legal de negocios de iGaming.
Aspectos clave de la regulación
La nueva ley establece lo siguiente:
- La ruleta, las tragamonedas y los juegos de cartas populares ahora son legales.
- Los juegos de tipo «crash» están permitidos siempre que se consideren juegos de azar.
- El retorno al jugador (RTP) mínimo debe ser del 85%.
- Se mantiene la prohibición de depósitos con criptomonedas y tarjetas de crédito.
- Se establece un impuesto anual del 18% sobre las ganancias netas de las casas de apuestas.
Según algunos expertos, la necesidad del gobierno de reducir el déficit presupuestario fue un factor clave en la aprobación de la ley, ya que se prevé una importante recaudación fiscal gracias a los impuestos sobre el juego regulado.
Regulación en marcha
La regulación del iGaming en Brasil está a cargo del Ministerio de Finanzas, que ha creado la Secretaria de Prêmios e Apostas (SPA). Para obtener una licencia, los operadores deben pagar una tarifa inicial de 30 millones de reales brasileños y contar con una filial con al menos un 20% de participación brasileña. La licencia tiene una validez de cinco años y permite operar hasta tres marcas.
Los operadores también deben cumplir con normativas como establecer una edad mínima de 18 años, implementar medidas de autoexclusión, aplicar procesos de KYC y AML, y garantizar que los jugadores estén bien informados sobre sus derechos y responsabilidades. Hasta el momento, más de 140 empresas han solicitado licencias, y se espera que en 2025 se publique una lista definitiva de operadores legales.
Un futuro prometedor
El 2024 ha marcado un cambio histórico para el iGaming en Brasil. La regulación estricta de marcas grises y la imposición de restricciones publicitarias y sanciones buscan fortalecer el mercado legal. Se estima que solo en este año la recaudación fiscal aumentará en 275 millones de dólares, y el mercado seguirá creciendo un 15% anualmente.
Brasil presenta condiciones favorables para el desarrollo del iGaming: una población joven, una cobertura de internet superior al 86% y una tradición de juego profundamente arraigada. Este es el momento ideal para que los afiliados y operadores aprovechen un mercado en expansión.
Para aquellos interesados en incursionar en el mercado brasileño, contar con una plataforma eficiente para la gestión de programas de afiliados y monitoreo del tráfico es fundamental. Alanbase ofrece todas estas herramientas en un solo lugar, permitiendo a los operadores maximizar sus resultados en un entorno competitivo y en constante crecimiento.
